domingo, 11 de diciembre de 2011

Yo quería ser astronauta, Bruno Szister

tengo mucho trabajo
mucho para corregir
mis proyectos parados
que parece que no avanzan
mi propio ombligo ahí
detenido
tengo una fecha de cierre
y guiones que entregar
varios libros que no termino de leer
devoluciones de textos buenísimos
de amigos que están esperando
no me alcanza el tiempo
no sé con las prioridades
igual agarro libros para el subte
me debato entre bici - música o subte - libro
mis grandes dilemas
eso es la felicidad, pienso.


de pronto me veo en la senda subte - libro, ayer
agarro el de Bruno Szister
de la torre de Babel que es  mi mesa de luz
lo agarro porque quedó arriba de todo
"Yo quería ser astronauta", se llama
tengo que suspender lo demás
llego al trabajo pero no entro
sigo el libro en un bar
hasta que la hora no da para más
salgo del trabajo con el libro
entro a otro bar a terminarlo
tengo que escribir algo con todo lo que me pasa cuando lo leo
freno un poco la verborrea
pienso en la levedad, en Calvino
hay que limpiar las frases
pienso en: "escribir como si no fuera importante lo que se va a decir"
me queda eso muy presente
eso es el libro de Bruno
cuentos encadenados sin complejo de inferioridad
una novela que no quiere decir que es
escondiéndose en unos títulos camufleros


marco muchas páginas
les doblo las orejas para el lado que hay que releer
subrayo dos líneas en todo el libro
no voy a ser mejor por ponerme con lo mio ahora
llegar a presentarme en el subsidio del Fondo Nacional de las Artes me tiene que chupar
tengo que decir esto que pienso
repetirlo para que se me grabe
contarle al que se deje que tiene que leer lo que leí


"Eso era mi papá", dice al final de un capítulo
yo voy a nombrar así a esos cuentos, "capítulos"
para mí son partes de una historia
entramada con delicadeza
observada desde un lugar generoso
sincero
"Yo no soy su papá", se anima
me deja pensando
deja muchos agujeros en la narración
hace elipsis perfectas
ni muy grandes, ni muy pequeñas
cuenta cosas que quiero leer
simplezas de las que me gustaría contar
logra agarrarme de las pestañas y meterte adentro de su escritura
no es pretencioso
lo más hermoso de este libro es que no se propone nada
narra
y sabe hacerlo con cuidado, sin que sobre una palabra, un adjetivo.
"Yo quería ser astronauta" es una alegría
un hallazgo
me gustaría que lo lean.

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